Hace un par de domingos Artemisa and family nuevamente se desplazaron a la ciudad Condal, en esta ocasión el motivo era la visita a una exposición para que su Santo hiciera un trabajo de la Universidad.
El lugar elegido fue la Fundación Francisco Godia, por lo visto un señor corredor de F1 y que al parecer prefirió invertir su fortuna en Arte, en lugar de otros placeres más efímeros y más perjudiciales, la cual cosa es de agradecer ya que muchas veces tenemos acceso al arte gracias a personas como él, que de manera un tanto altruista nos dejan ver sus colecciones privadas, previo pago de ticket, pero que si no fuera así nunca tendríamos acceso a ellas. Artemisa no quiere abrir aquí un debate rosa, pero la Baronesa Thyssen, por ejemplo, aparte de su historial romántico o de los malos rollos con su único hijo y con la arpía de su nuera, ha hecho mucho por el arte y es de agradecer. A lo mejor este tipo de acción encierra un punto un tanto mecenas en sentido del Renacimiento, y tan solo buscan pasar a la historia y cierto reconocimiento social, y qué? para Artemisa esta actitud es de agradecer.
Debate aparte, el lugar elegido pese a no contar con un fondo demasiado amplio y desde el modesto punto de vista de Artemisa, no muy reconocido, la ubicación era realmente espectacular. Se trataba de una casa modernista llamada "Garriga Nogués” del arquitecto Enric Sagnier y que anteriormente había sido sede de la Enciclopedia catalana, tan solo por visitar ese maravilloso lugar valía la pena la visita. La casa cuenta con una escalera, (qué escalera!!!!), escultura en su esencia, a Artemisa le recordó en cierto modo las esculturas de Miguel Ángel o Bernini (con todas las distancias salvables), por no hablar de la decoración de los techos y de esas fantásticas vidrieras del mismo artista que El Palau de la Música. La grandeza de Barcelona según Artemisa, con respecto a otras grandes ciudades del mundo, es esa aportación modernista que otras no tienen, Barcelona tiene Catedral gótica, ruinas romanas, barrio judío, Paseo de Gracia y Modernismo.
Detalle de la escultural escalera
Vidrieras
Extraña escultura que decoraba el fantástico patio trasero.
Espero que os haya gustado este pequeño rincón de Barcelona, y que no os lo perdáis en vuestra próxima visita. Esta vez, por desgracia no hubo incursión gastronómica, la bolsa de “Chetos” que Artemisa y el cachorro se comieron en un banco de la Rambla de Catalunya, a la espera de la visita guiada de su Santo no cuenta.