Hace ya algún tiempo Artemisa leyó que una lágrima jamás podría emborronar un email, o como dice una amiga en su última novela (Care Santos, Habitaciones Cerradas) percibir el latido de la mano que los traza, románticas afirmaciones pero y qué? ya no podemos concebir nuestras vidas sin ellos. La letra manuscrita ha quedado relegada a las felicitaciones navideñas o no, y a las notas de agradecimiento, en el mejor de los casos.
El mundo ha pasado a ser un lugar en el que todo se mueve muy deprisa, de punta a punta del planeta, y donde el tren bala para unas milésimas de segundo, y te subes y si no te quedas atrás, lo bueno es que la frecuencia de trenes balas también se ha visto incrementada.
Artemisa que es muy de subirse al tren en la primera parada, si eres moderna-fashion-y-estás-a-la-última, que no solo sea por llevar el animal print desde hace ya más de cuatro temporadas, hay que ser consecuente con todo. Pues bien, como algunas ya sabéis, para su cumpleaños cayó en sus manos un libro electrónico, vale estamos de acuerdo que ya hace tiempo que salieron, pero chicas había que esperar a la democratización de precios y a la globalización de formatos. Así que, este post está dedicado a los pros y contras de esa máquina infernal, que según afirma su Santo ha venido a acabar con los escritores.

A FAVOR
El coste de los libros, es fácil conseguirlos en la red. (No hace falta decir nada más)
No ocupa sitio, es decir, si eres de las de un libro al mes, y tienes en tu haber una vida lectora de más de 20 años, puedes tener fácilmente un cúmulo de libros que rondan los 500 ejemplares. Dada la situación actual y las dimensiones de los pisos, te veras obligada a elegir entre vestidor o biblioteca, o en el peor de los casos entre biblioteca o ducha, juzgar vosotras mismas.
Si eres de las que les cuesta dejar un libro, tanto o más que arrancarte un brazo, se acabó el sufrir innecesariamente. También te ahorraras el momento pensamiento “será “grjejejejejejx” el tío/la tía que me ha devuelto el libro con las páginas dobladas (en el mejor de los casos)” o el otro pensamiento “no le dejo un libro más, este verano además de llevarse mi libro a la playa sin miramientos, se lo ha llevado a hacer el París-Dakar por lo menos”. Creed a Artemisa sabe de lo que habla, y eso duele más que parir o una depilación de cejas.
Cabe fácilmente en cualquier bolso (cloutch no aviso), cosa que libros como Los pilares de la tierra, no pueden afirmar lo mismo.
Nadie en el tren o el metro curioseará el libro que estás leyendo, jejejej. Es top secret, así que podéis leer toda la colección de La sonrisa vertical en público sin escandalizar a nadie.
No obtendrás un agradable dolor de muñecas mientras lees “El tiempo entre costuras” en la cama, su ligereza permite mejores posturas lectoras.
No serás tu la que contribuya a la desertización del planeta.
EN CONTRA
Pierdes la agradable sensación de oler y tocar un libro.
No usaras puntos de libro. No creáis pero esto Artemisa lo lleva mal, se ha pasado media vida coleccionándolos, comprando uno en cada museo que ha visitado, recibiéndolos como regalo, o incluso fabricándoselos en plan diy, y ahora qué le queda.
Si tu distribuidor del Círculo de Lectores está cañón, si caes en las redes de la tecnología tus posibilidades de un tórrido romance se desvanecen, aviso que ebook y libro impreso no son incompatibles, por amor o sexo salvaje lo que sea.
La sección “Lo que dura un lavavajillas” queda un poco desdibujada porqué se pierde ligeramente la noción duración-páginas, pero no os preocupéis tengo algún titulo preparado.
Y tal vez la que más duele, las dedicatorias, cuántos buenos propósitos, ilusiones y esperanzas se han escrito en la primera-segunda hoja de un libro. Artemisa fan incondicional de las dedicatorias, ya ha avisado a su Santo que siempre siempre, for ever and ever, un libro físico + dedicatoria será bien recibido.
Entre las dedicatorias también hay que añadir la última página, Artemisa tiene la costumbre de poner su opinión sobre el libro leído y algún hecho importante de su vida, y así si alguna vez vuelve a cogerlo, poder sentir un momento flash forward. Ejemplo lo que se puede leer en la última página de Pilar Prim de Narcís Oller: "Me acabé de leer este libro a las 23.03 el 20/05/92. Los he leído mejores, aunque no ha estado mal. Tendría que estudiar para un examen de mates (Optimización) pero no sé hacer nada y me pongo muy nerviosa. El Barça se acaba de proclamar campeón de Europa".
No son aptos para libros de cocina, viajes, moda, decoración...

El debate está servido a favor o en contra? Antes de que llegue la sangre al río os aviso que ambos soportes pueden coexistir y convivir en paz