Como ya vienen mandando las tradiciones en la familia de Artemisa, un día de las vacaciones navideñas el cachorro se queda con las tietas o la yaya, y ellos se van a pasear por Barcelona, sin prisas, a caminar por una ciudad de sobras conocida pero que siempre les ofrece algún pequeño descubrimiento. El desplazamiento empieza en tren, un trayecto que discurre al lado del mar, con ese agradable sol de invierno que te calienta tras los cristales, libro en mano, conversaciones breves, las promesas de un paseo prometedor, idílico, hasta el momento que aparece el pseudo-músico bafle y micrófono es mano, zapato blanco de punta, y empieza a gorgojear la canción más pelagra del momento. Roto el lirismo, Artemisa y su Santo se miran y al unísono se preguntan: ¿Por qué?
Ambos bajan en esas fechas tan especiales en una búsqueda inconsciente de un trozo de New York en Navidad, algo que les recuerde la Gran Manzana, los escasos rascacielos minimalistas no lo consiguen y cuando pasean por las aceras del Paseo de Gracia, pese al lujo de sus tiendas, miran al suelo y ven los grabados Gaudinianos de su pavimento, y constatan que no, no están en New York.
Artemisa, a continuación, os deja una selección de algunos lugares destacables de ese paseo Navideño, que abarcó Pza. Catalunya-Rambla Catalunya-C/ Roselló-Jarines del Palau Robert-Paseo de Gracia- Portal del Ángel-Las Ramblas, para acabar en el mercado de la Boquería.
Es una tienda de cosas de casa, muy low cost (sin llegar al nivel chinesco) pero con cosas muy chulas, además a Artemisa le pareció el paraíso en cuanto a material vario como botes de cristal, aceiteros, cintas… para sus diy más gastronómicos. En la foto podéis ver este mini aceitero que contiene un fantástico aceite al limón, y que ya explicará como se hace en un post. Artemisa también aprovechó para comprar tazas para el desayuno, no son como las de Anthropologie, pero no están nada mal.
Aceite aromatizado al limón (aceitero de Muy Mucho 1,20€)
Es la típica terraza que puedes encontrar en cualquier ciudad cosmopolita que se tercie y que no te ofrece ninguna pista realmente de donde estás, pequeños remansos de paz apartados de coches, e idas y venidas de gente.
Terraza del Gallery Hotel
Artemisa y su Santo cogidos de la mano, desde el Gallery Hotel hacia los Jardines del Palau Robert
Parada obligatoria, siempre hace falta más café, esta tienda siempre que se entra no deja de sorprender, sabes que estás pagando el café un 500% más caro, pero y qué, estás contento, porque una amble señorita al preguntarte si pagas con tarjeta o en efectivo, luego te pregunta también si quieres que te meta el ticket dentro de la bolsa, vamos el colmo del servilismo.
Para no aburrir, habrá más en la próxima entrega, más fotos y más sitios "interesantes".
El domingo tendréis la segunda parte