Amor, lujo y Arte en Barcelona (con cachorro)

Artemisa y su santo se ven obligados a realizar actividades infantiles las mañanas de domingo, con suma resignación, ya que para ellos lo ideal era desayunar largo y tendido con toda la prensa, en la terraza de alguna cafetería cercana casi hasta el mediodía, pero el cachorro no comulga con esta idea. Así que se ven abocados a buscar actividades que lo diviertan (hasta que tenga edad suficiente de hacerlo leyendo el periódico), así que a ver marionetas toca.

Asistir a un espectáculo de "titelles", cualquier ubicación es perfecta con tal que los cachorros se lo pasen bien, pero si a este tipo de entretenimiento podemos añadirle un entorno único, pues mejor que mejor. Así Artemisas' family (sister and Co. incluidos) se desplazaron a la ciudad Condal para tal evento, el lugar elegido era La Pedrera de Gaudí, un edificio de una personalidad arrolladora y con la majestuosidad propia de las obras del Sr. Gaudí, ubicado en una de las mejores calles del mundo, el Paseo de Gracia (de acuerdo, no es la 5ª Avenida de New York, pero la tenemos mucho más cerca y tiene su encanto).

El cachorro disfrutó, y Artemisa se sintió muy bien por estar en un lugar mágico y emblemático como ese edificio.Vale que la sala de actos del edificio no fuera la estancia más “gaudiniana”, pero una columna en medio del escenario se encargaba de recordar donde estaban.

Fachada

Patio central

Tras una hora de espectáculo (tiempo que a Artemisa le pareció eterno), ella iba reflexionando cosas como; que fácil es la vida para las marionetas, una se cae de la escalera, se vuelve a levantar y sigue trabajando, sin más, y no llamamos al responsable de riesgos laborales para analizar la situación, evaluar la causa y la marioneta no se coge una baja de tres meses por accidente laboral (la mente de Artemisa no descansa ni los domingos), que sencilla es la vida de estos muñequitos de trapo!!!!.

Hasta la próxima!!!

Una vez finalizada la obra, tras unas reflexiones que no llevaron a  Artemisa a ningún sitio, subieron Paseo de Gracia hacia arriba, y ante la tienda de Valentino, Artemisas' sister (que no siempre tiene dudoso gusto) le dijo: "ya veras, el vestido del escaparate te va a encantar", y así fue, Artemisa quedó maravillada ante el estampado de semejante vestido, al más puro estilo impresionista y recordando a su adorado Monet, y hasta los zapatos verdes le gustaron (y eso que Artemisa huye del verde, como de las imitaciones chinas). Artemisa en aquel momento rezó para que Amancio tuviera en su haber clonar semejante obra de arte.

Tras alimentar la mente y el alma tocaba hacer lo mismo con sus estómagos, así que se desplazaron a otra zona, el Born, siguiendo las recomendaciones de Nee fueron al Restaurante Dionisos. Se trata de un restaurante griego, muy griego (Artemisa es originaría de allí y bien lo sabe, jajajaja). La comida fue abundante, cocinada adecuadamente, con una respetable presentación y el precio acorde con la misma. Todos tomaron en menú Dionisos.

Os dejo fotos del segundo plato consistente en varias especialidades griegas como la moussaka, Soutsoukia y Gyros, muy buenas. A pesar de coger el menú sugerido, el postre era a elegir de la carta, Artemisa fue gratamente sorprendida con una tarta de higos asados y helado de frutos del bosque y frambuesas. (Promete receta con la imitación casera).

Plato combinado griego: moussaka, Soutsoukia y Gyros

Igual que hizo Nee con Artemisa os recomiendo encarecidamente el restaurante.

Tras un breve paseo por el Parc de la Ciutadella, para facilitar el proceso digestivo y aprovechar los rayos de sol, regresaron a su periférica ciudad sin H & M y ahora hasta sin Bimba y Lola.