IKEA, ese paraíso del mueble low cost, que a todas nos pirra, a veces falla. Da igual, lo sabemos y no nos importa, es todo tan barato, tan bonito, tan de diseño, tan nórdico, tan blanco, tan mágico….
El nivel de fallo “ikeistico” tolerable es como el umbral de dolor, cada uno tiene sus niveles y sus razones, para unos la falta de tornillos no reviste el menor percance y para otros puede suponer un fastidio importante. El caso que hoy nos ocupa va más allá, que tu mandes a tu Santo a IKEA, tengas que oír la correspondiente retahíla, le prepares una lista de la compra con referencia, artículo, color, precio, nº de embalajes por artículo, disponibilidad y foto, no dejando detalle alguno a la improvisación, y que llegues a casa toda ilusionada esperando que el milagro se haya producido, es decir haya comprado todo lo de la lista sin complicación y encima lo haya montado, cuando lo que te encuentras es a la niña del exorcista escupiendo improperios por la boca, no se compensa con nada.
Artemisa necesitaba una mesa para albergar un viejo Mac, camino de ser vintage pero que aún no ha llegado a serlo, así que mandó a su Santo a Ikea a buscar esta mesa en cuestión, junto con alguna cosilla más del todo necesarias. Y qué paso, os estaréis preguntando, pues que cuando su santo se dispuso a montar la mesa, faltaba el tablero superior, sapos y culebras!!!!!!! (y no, no venía en un embalaje a parte, esta mesa venía todo en el mismo paquete).
Artemisa llama para saber que hay que hacer (902), le informan que tiene que volver a ir a la tienda a por la tabla que faltaba, su santo asume el segundo viaje y Artemisa indignada prepara una bonita carta de reclamación, esto no se iba a quedar así!!!!!
Y cual es su sorpresa, cuando su santo le explica que al disponerse a reclamar la parte que faltaba, y a presentar la carta en la que solicitaba el pago de kilometraje+autopista, por un segundo viaje totalmente innecesario, le han calculado los km desde casa a la tienda, y le han abonado el importe en efectivo sin necesidad de reclamación escrita alguna, (la autopista no, porque no llevaba los tickets).
Moralejas:
- Quien no llora no mama.
- Siempre que vayas a IKEA saca los tiquets de la autopista.
- Esto no lo sabía, así que os lo tenía que contar por si os encontráis alguna vez.
En otro post ya os enseñaré el tetrix que hemos hecho para darle cabida