ARTEMISA SE APUNTA A CLASES DE COCINA.

Segundo día.

Artemisa acude a su segunda clase de cocina con el firme propósito de no ir de lista, ver, callar y aprender.

Esta vez el glamour estuvo más presente en la elección de la receta, se trataba de una receta nórdica. En la típica asociación de ideas con la procedencia de la receta, a Artemisa le viene a la cabeza IKEA y las fotos de las webs de decoración, etiquetadas con “estilo nórdico o escandinavo”. La cosa se pone interesante.

Artemisa esta vez estuvo toda la clase callada (a excepción del cuchicheo con su sister cuando observó que una de las señoras “mayores” también llevaba un Casio Gold). Fue todo tan diferente, que hasta el profe al final de la clase se refería a ella como una alumna de otro grupo que le había pedido participar, sin tan solo darse cuenta, que había sido ella. Artemisa,  un tanto frustrada, pensó que no tenía ningún futuro como pinche de cocina ya que su estimable colaboración había pasado sin pena ni gloria (tal vez lo suyo fuera ser directamente cocinera jefa?)

Artemisa y su sister por otro lado consiguieron  abrir el camino para instaurar poco a poco una norma: la de estipular que cada semana alguien llevara pan y vino para acompañar las delicias preparadas durante la clase. Esta vez sí, las clases de cocina iban por el camino correcto.

La receta resultó ser un plato muy bueno, fácil de preparar, con ingredientes sencillos de comprar y con SALMÓN!!!!!

Esta vez Artemisa, sin más dilación, llevó a cabo la receta en su propio hogar, y fue un éxito rotundo. Mamá Artemisa, cuyo cachorro humano, en su corta vida, no se había caracterizado por su gran afición a la comida. Con ciertas dudas Artemisa se lo dio a probar, y aún no ha salido de su asombro. No solo eso, sino que al día siguiente su cachorro le preguntó “mamá yo que voy a cenar?” y Artemisa le dijo merluza rebozada, respuesta que pareció contrariar al cachorro humano, porque con rotundidad afirmó “no, yo quiero pescado como el del otro día”. Así que aquí tenéis una receta de eficacia probada con los más pequeños, que podéis servir como plato único y que incluye todos los componentes principales de la pirámide alimenticia y en su justa medida (hidratos de carbono, verdura, pescado, lácteos y grasas)

PURE ESCANDINAVO

Ingredientes:

1 kg de patatas blancas

300 gr de salmón fresco

5 puerros

1 brick de crema de leche

1 poquito de mantequilla

1 sobre de salmón ahumado

1 berenjena

Queso rayado (emental)

Elaboración.:

Hervir las patatas peladas y troceadas en agua y sal. Reservar.

Cortamos el puerro en rodajas (la parte blanca) y lo rehogamos en una sartén con aceite de oliva. Cuando el puerro esté dorado añadimos el salmón fresco cortadito en daditos. Lo cocinamos un momento, luego condimentamos y reservamos.

Pelamos la berenjena, la cortamos en daditos, la ponemos en un recipiente con agua y sal, la dejamos por lo menos media hora. Escurrimos y la hacemos en la sartén.

Con las patatas hervidas hacemos un puré añadiéndole un poco de mantequilla y la crema de leche. Si no queréis añadir demasiadas calorías extras a la receta, yo os recomiendo la margarina vegetal y la crema de leche de soja. Doy fe que no es lo mismo pero no engorda igual.

Lo mezclamos todo; el puré de patatas, la berenjena, el puerro y el salmón. Lo colocamos en una bandeja de horno, le echamos el queso por encima y lo metemos en el horno. El tiempo en el horno debe ser el necesario para que el queso se funda.

Lo sacamos del horno y lo decoramos con unas tiras de salmón ahumado.

Qué aproveche!!!